(Ciencias de Joseleg) (Biología) (Teoría
de la Biología) (Genética clásica) (Ejercicios
resueltos) (1-Introducción)
(2-Genética
premendeliana) (3-Gregor
Mendel) (4-Probabilidad
y estadística) (5-Diseño
experimental mendeliano) (6-Resultados
del cruce monohíbrido) (7-Ley
de la segregación independiente) (8-El
cuadro de Punnett) (9-Como
resolver el cruce monohíbrido) (10-Comparando
experimento vs teoría) (11-Ley
de la distribución independiente) (12-Resolviendo
dihíbridos y trihíbridos) (13-Los
microscopistas) (14-Los
mendelianos 1) (15-Los
mendelianos 2) (16-Teoría
cromosómica de la gerencia) (17-El
señor de las moscas) (18-Mendelismo
no mendeliano) (19-Polimorfismo
genético) (20-Dominancia
incompleta) (21-Codominancia)
(22-Letalidad
genética) (23-Ligamiento
al sexo) (24-Las
epistasis) (25-Penetrancia,
expresividad y pleiotropía) (24-Análisis
de pedigrí) (ref-Referencias
bibliográficas)
El trabajo de los mendelianos originales “Correns y de
Vries” era sólido, o al menos eso parecía a los principios de 1900, por lo que
varios científicos se lanzaron a la tarea de ver su aplicación a otros modelos
biológicos incluyendo la especie humana. Los resultados no fueron tan
alentadores, pues la herencia mendeliana solo era aplicable a unos pocos casos
contados de herencia discontinua. Algunos caracteres anatómicos fueron
descritos como de herencia dominante o de herencia recesiva. Ciertas
enfermedades también fueron identificadas como de herencia mendeliana, pero no
todas (Klug, Cummings, Spencer, & Palladino, 2009).
Por otra parte, los conceptos de gen y alelo comenzaban a
acarrear problemas filosóficos, ya que desde la perspectiva materialista de las
ciencias de la naturaleza no podían ser entidades abstractas, platónicas o
vitalistas; en otras palabras, debían tener una existencia física y material.
Es por esto por lo que esta época también se resalta por la búsqueda de la base
física del gen, cosa que resolvieron Morgan y sus colaboradores.
Limitaciones
del método de Mendel a la herencia humana
¿Cómo es que las leyes de Mendel pueden aplicarse a los
seres humanos? Cuando Mendel trabajó con alverjas tenía varios lujitos que no
tienen los genetistas humanos:
Poseía líneas puras para caracteres.
Las poblaciones humanas nunca son “puras” aunque clamen
serlo, por lo general un individuo sano posee un alto grado de heterocigocidad
en muchos de sus genes.
Cada carácter había sido reducido a dos rasgos
fácilmente diferenciables entre sí.
Los seres humanos, así como las alverjas no reducidas para
la experimentación poseen muchos más rasgos para cada carácter que solo dos.
Adicionalmente la mayoría de los caracteres son de herencia continua y no
discreta como la que empleó Mendel para experimentar. Es por esto que la
herencia mendeliana es tan excepcional en el modelo humano o cualquier modelo
biológico no purificado para experimentación.
Cada cruce daba como resultado una descendencia de
cientos a miles de individuos.
Los seres humanos tenemos pocas crías, por lo que el
análisis estadístico no aplica de forma tan sólida y debe recurrirse más al
razonamiento deductivo clásico.
Si los genetistas humanos no pueden aplicar el método
estadístico para analizar casos puntuales, ¿Cómo pueden ser diagnosticadas las
enfermedades o rasgos hereditarios de tipo mendeliano? Recuerde que, aunque
pocas, si han sido reportados rasgos y enfermedades con herencia mendeliana
clásica (Klug, Cummings, Spencer, & Palladino, 2012; Pierce, 2008).
Falsos
caracteres con herencia Mendeliana
Muchas veces nuestro deseo por hacer encajar una teoría con la experimentación nos lleva a eliminar variabilidad que existe. Un ejemplo es el supuesto carácter mendeliano de dedos de ángulo negativo “yo tengo ese carácter”.
Figura 18‑1. Visión mendeliana de
los estados del carácter de ángulo negativo del pulgar.
El problema resulta en que no son pocas las fuentes que señalan que este es un carácter mendeliano con dos rasgos, el dedo recto y en dedo en ángulo negativo. En 1953 Glass y Kistler propusieron que el ángulo del dedo era un rasgo mendeliano (Glass & Kistler, 1953), aun cuando sus valores de medida daban cuenta de una distribución continua entre los rasgos.
Figura 18‑2. Aunque el histogreama de Glass y Kistler era evidentemente continuo y darwiniano, lo hicieron encajar a las malas en un modelo mendeliano.
Figura 18‑3. El ángulo negativo
del pulgar en la realidad muestra patrón de herencia darwiniano o neodarwiniano
con muchos rasgos difíciles de distinguir uno del otro.
De hecho, unos años antes otro estudio de Harris y Joseph
había encontrado una distribución mucho más normal y continua entre el ángulo
del dedo (Harris & Joseph, 1949). Glass y Kistler
aparentemente decidieron emplear una división arbitraria para designar a todos
los rasgos desde cierto ángulo hacia atrás como de ángulo negativo, sin ofrecer
una explicación para elegir ese ángulo y no otro. Básicamente nos encontramos
aquí ante el patrón típico de la herencia de Mendel nunca estudió y nunca pudo
explicar, el patrón de herencia continua con múltiples rasgos.
Otros caracteres de falsa herencia mendeliana son (McDonald, 2011).
👉 La lengua enroscable y
la lengua no enroscable
👉 Los colores de los
ojos, lo cual ha llegado a incluir falsos cuadros de Punnett
👉 El pico de bruja.
👉 Sensibilidad al
fenylthiocarbamida (PTC) y al propiltiouracilo.
👉 Hoyuelos de las
mejillas.
👉 El cabello rojo.
👉 Longitud de los dedos
de los pies.
De hecho, muchos de los rasgos humanos empleados para
ejemplificar la genética clásica a nivel escolar “e incluso en cursos de
introducción a la genética universitarios” ¡son un mito!: el pico de bruja, los
hoyuelos en las mejillas, la capacidad de saborear PTC o el mentón partido.
Cuando se examina con mayor claridad, muchos de estos rasgos son en realidad
parte de un patrón de herencia continua. Es por esto que antes de iniciar
nuestro estudio de con los pedigrís es bueno señalar que varios de los rasgos empleados
allí son solo ejercicios de lápiz y papel; y que probablemente ellos también
hacen parte de patrones de herencia continua, la clase de herencia para la cual
la genética clásica no es muy útil.
Consideraciones
sobre el modelo humano y la enseñanza de la genética clásica
Una de las motivaciones más grandes del estudio de la
genética es la de poder entender porque y como es que presentamos los rasgos
que tenemos, más allá de enseñarla en modelos biológicos como alverjas, moscas
o gatos, la preocupación siempre va dirigida a nuestro propio ser, es decir el
organismo modelo humano. Una de las grandes ventajas que tiene la genética es
que potencialmente no requeriría instrumentación compleja, solo una vista aguda
para observar los caracteres y sus respectivos rasgos.
Desafortunadamente durante la transposición didáctica
“usando la terminología de Yves Chevallard” (Chevallard, 1985; Chevallard & Perrenoud, 1998) algo se pierde. Cosas que, NUNCA HAN SIDO REPORTADAS en las revistas
científicas o que poseen poca evidencia aparecen en libros de texto como si
fueran fenómenos absolutos, y eso es lo que vimos en varios artículos
anteriores. Muchos de los caracteres que se emplean para enseñar genética
clásica aplicada al hombre son en realidad de herencia NO MENDELIANA.
Desafortunadamente los libros de texto, los manuales de
laboratorio y varias fuentes de internet siguen empleando estos caracteres, lo
cual perpetúa los mitos. En otras palabras, el organismo modelo humano es muy
malo para poder ejemplificar la genética clásica al nivel de las leyes de los
mendelianos, y la mayoría de sus rasgos, como en cualquier especie no
purificada para experimentación, se describen en términos de la herencia
continua, cuestión que no se abarcaría seriamente sino hasta la aparición de la
Teoría Sintética Evolutiva, específicamente en la rama de la genética de
poblaciones, cuestión que abarcaría la década de 1920-1930 (Sarkar, 2004).
Sobresimplificar la genética humana trae graves
consecuencias para la construcción de conocimiento posterior, especialmente
para la teoría de la evolución, ya que esta depende de entender a los modelos
reales como sistemas de herencia no-mendeliana. La genética clásica se
construyó sobre un organismo modelo tratado previamente para eliminar su
herencia continua, generando artificialmente una herencia discreta. La
transposición forzada de este modelo experimental a un modelo real como el
humano fuerza a creer que todos los patrones de herencia en los sistemas reales
se comportan de forma mendeliana, lo cual suma a errores conceptuales a cerca
de la evolución, después de todo el modelo gradual de la evolución se monta
sobre la base de patrones de herencia continuos. La genética moderna posee
métodos conceptuales para lidiar con la herencia continua, por lo que muchos de
los rasgos humanos deberían ser expuestos en los conceptos evolutivos de la
genética de poblaciones, pues allí es donde pertenecen.
Algunos docentes pueden argumentar “basándose en conceptos
como la transposición didáctica” que el empleo de caracteres en el modelo
humano para enseñar la genética clásica es un modo de motivar a los estudiantes
a estudiar la genética, haciéndola ver como algo pertinente para conocer sus
propios cuerpos. De cierta forma es como un guiño, una mentira para niños
estilo “la cigüeña”. En cierto sentido es como en el estudio del átomo, donde
se les enseña a los estudiantes los modelos atómicos históricos dejando que el
modelo moderno sea estudiado por quienes deseen estudiarlo en sus cursos de
física cuántica más especializados. Lo mismo le sucede a la genética evolutiva,
la cual es vista como parte de la clásica “pero no toda”, u omitida del todo en
cursos básicos o introductorios, dejando cosas como penetrancia, epistasis,
multigenéticos y multialélicos para cursos más avanzados. Personalmente no
estoy de acuerdo con esta postura, ni para la enseñanza del átomo ni para la
genética. Si se va a simplificar se tiene que hacer evidente, explicita y
conscientemente que lo estamos haciendo. El estudiante debe ser consciente que
el ejemplo empleado es solo una “pinturita” para poder aplicar el modelo
matemático, de lo contrario no seríamos más que perpetuadores de mitos no
diferentes a lo que hacen ciertas denominaciones religiosas.
La genética es un conocimiento peligroso en niveles
escolares, y entre más jóvenes los estudiantes es peor. La razón es que
estadísticamente es probable que en alguno de los grupos de trabajo se
encuentren estudiantes que han sido adoptados, o que llaman "papi" a
quien no lo es por un affaire de la madre u otras cuestiones familiares que
caen en lo humano y no en lo científico.
Aunque puede parecer cómico, esto es problemático en términos del desarrollo
psicológico del estudiante, más aún si los ejemplos que se enseñan no poseen
realmente una herencia mendeliana clásica. Qué pasa si el estudiante comprende
el modelo matemático cabalmente y emplea un falso carácter mendeliano y
concluye erróneamente ¿qué es adoptado? o ¿qué su madre engañó a su padre? Esto
tiene ramificaciones humanas a tenerse en cuenta.
Las mismas ramificaciones éticas deben tenerse en cuenta,
aunque se empleen ejemplos de marcadores genéticos más apropiados, como las
pruebas de ADN o el más potencialmente empleable factor Rhesus “o el HB0 si ya
se está tratando con multialélicos”. De los dos ejemplos el más grave es el
primero, que el estudiante llegue a falsas conclusiones provenientes de una
ciencia escolar sobresimplificada. Aunque ambos tienen el mismo problema, el
potencial de interferir de forma negativa con lo humano y el desarrollo
psicológico del estudiante.
El
concepto de raza humana
Dado que la mayoría de los caracteres humanos varían en
patrones continuos y que los rasgos no tienen una asociación concreta con una
población particular, por ejemplo, la asociación piel negra, ojos azules y
cabello rubio no pertenecen a grupos raciales dispersos, un individuo humano
puede ser en efecto de piel oscura, ojos azules
y cabello rubio “aunque sea poco frecuente”, el concepto de
raza biológica en la especie humana no se sostiene por lo menos en la
actualidad. En especies como los perros, los seres humanos mantienen la
asociación de características concretas con poblaciones concretas por selección
artificial, sin embargo, en la actualidad las poblaciones humanas están
altamente mestizadas y no hay una correlación fuerte de grupos de rasgos
fenotípicos o genéticos con una raza en concreto. Sin embargo, el racismo y el
mendelismo favorecieron la imagen forzada de clasificar a la variación humana
en solo cuatro categorías raciales arbitrarias. La variación genética humana es
predominantemente intrapoblacional, continua y de estructura compleja, lo cual
es inconsistente con el concepto de razas humanas genéticas (Goodman, 2000). Desde la década de 1970, se hizo evidente que:
👉 la mayoría de las
diferencias humanas eran culturales
👉 lo que no era cultural
era principalmente polimórfico o de herencia continua darwiniana, es decir, se
encontraba en diversos grupos de personas a diferentes frecuencias.
👉 lo que no era cultural
o polimórfico era principalmente clinal, es decir, gradualmente variable sobre
la geografía
👉 lo que quedaba -el componente de la diversidad humana que no era cultural, polimórfico o clinal- era muy pequeño.
Figura 18‑4. Algunas combinaciones
de rasgos fenotípicos que la cultura popular consideraría imposibles y que los
mendelianos o racistas consideran inexistentes.
Un consenso consecuentemente desarrollado entre los antropólogos y genetistas que la raza como la generación anterior lo había conocido, como grupos de genes en gran parte discretos, geográficamente distintos, no existía. El término raza en biología se usa con precaución porque puede ser ambiguo. Generalmente, cuando se usa, es efectivamente un sinónimo de subespecie.
Figura 18‑5. Solo a través del
racismo se pueden dibujar fronteras arbitrarias en un estado de carácter
darwiniano de herencia continua.
Para los animales, la única unidad taxonómica debajo del
nivel de la especie suele ser la subespecie; hay rangos infraespecíficos más
estrechos en botánica, y la raza no corresponde directamente con ninguno de
ellos. Tradicionalmente, las subespecies se consideran geográficamente aisladas
y genéticamente poblaciones diferenciadas en agrupaciones matemáticamente
significativas por pruebas estadísticas como las ANOVAs. Los estudios de la
variación genética humana muestran que las poblaciones humanas no están
geográficamente aisladas, y sus diferencias genéticas son mucho más pequeñas
que las de subespecies comparables (Goodman, 2000). De lo anterior se desprende que el concepto de
raza solo puede ser entendida por genéticas no-clásicas, es decir, por la
Teoría Sintética de la Evolución, que es después de todo la verdadera teoría de
la genética moderna y que veremos en el capítulo siguiente.
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