(Ciencias de Joseleg) (Biología) (Teoría
de la Biología) (Genética clásica) (Ejercicios
resueltos) (1-Introducción)
(2-Genética
premendeliana) (3-Gregor
Mendel) (4-Probabilidad
y estadística) (5-Diseño
experimental mendeliano) (6-Resultados
del cruce monohíbrido) (7-Ley
de la segregación independiente) (8-El
cuadro de Punnett) (9-Como
resolver el cruce monohíbrido) (10-Comparando
experimento vs teoría) (11-Ley
de la distribución independiente) (12-Resolviendo
dihíbridos y trihíbridos) (13-Los
microscopistas) (14-Los
mendelianos 1) (15-Los
mendelianos 2) (16-Teoría
cromosómica de la gerencia) (17-El
señor de las moscas) (18-Mendelismo
no mendeliano) (19-Polimorfismo
genético) (20-Dominancia
incompleta) (21-Codominancia)
(22-Letalidad
genética) (23-Ligamiento
al sexo) (24-Las
epistasis) (25-Penetrancia,
expresividad y pleiotropía) (24-Análisis
de pedigrí) (ref-Referencias
bibliográficas)
Austria, la patria de Mendel, no era el centro de la
investigación biológica en el siglo XIX, pues tal título era rivalizado por
Inglaterra y algunos estados germánicos, especialmente la belicosa Prusia.
Durante este siglo los principales avances en la biología se dieron en los
campos de la geología, paleontología y proposición de la primera teoría de la
evolución, lo cual nos lleva a Charles Darwin (Kutschera & Niklas, 2004) y los ingleses; la aparición
de la bioquímica y microbiología por medio de los estudios de Pasteur , lo cual
nos lleva principalmente a Francia (Löwy, 1994);
el último campo es el de la fisiología celular y los microscopistas, lo cual
nos lleva a los alemanes (Pickstone, 1973).
Resulta más que evidente que los trabajos de los
microscopistas, los microbiólogos y los naturalistas convergerían con el
trabajo de Mendel, sin embargo, esta unión no se produjo nunca en el siglo XIX.
La unión a la que hacemos referencia adquiriría el nombre de la Teoría
Sintética de la Evolución (Kutschera & Niklas, 2004). En consecuencia, las líneas
de pensamiento en el siglo XIX permanecen un poco separadas. A continuación,
realizaremos un breve sondeo del estado de la biología celular en el siglo XIX
y su asociación a los reinos germánicos.
Europa
en el siglo XIX un breve resumen
El evento que forjó la historia del siglo XIX en Europa
fueron las guerras napoleónicas. Cuando Napoleón fue derrotado las naciones
contra las que se enfrentó terminaron todas en un estado de guerra fría de
todos contra todos. Este conflicto no era únicamente militar, también era
cultural, de orgullo, y por lo tanto transferido a otras esferas de la vida
pública como la academia y las ciencias (Bernal, 1953; Crosland, 1977; Olesko, 2006). En esta época se pueden
citar por lo menos 4 grandes potencias:
👉 El imperio británico
que reforzó su poderío marítimo:
👉 Las naciones de habla
alemana, dos de ellas particularmente fuertes, Prusia y Austria. Aunque ambas
intentaron crear un super-estado germánico, nunca se logró. Aunque Austria
tenía un mayor prestigio histórico, Prusia era más poderosa militarmente.
👉 Finalmente, Prusia
quien afianzó sus dominios en el oriente.
El centro de investigación más fuerte en términos de
biología en Europa durante el siglo XIX fue Prusia en cuanto al desarrollo de
instrumentos como microscopios, sin embargo las dos ideas más revolucionarias
no surgirían allí: la “Selección Natural” fue propuesta por dos naturalistas
del Imperio británico (Kutschera & Niklas, 2004), mientras que la matemática
de los patrones de herencia discontinuos fue propuesta en el Imperio
Austro-Húngaro por un sacerdote bastante humilde (Stubbe, 1972).
A pesar de ello Prusia la cual posterior al año de 1871 será conocido como
Estado Alemán formaría a muchos de los biólogos más importantes del siglo XIX.
Figura 13‑1. Eduard Strasburger
(A), Walther Flemming (B), Heinrich von Waldeyer (C) y el belga Edouard Van
Beneden (D).
La biología del segundo Reich
Alemán
Durante la mayor parte del siglo XIX Alemania no
existía como tal, en su lugar existían una serie de reinos y principados
beligerantes entre sí. Posteriormente en 1871 gracias a las hábiles maniobras
del primer ministro de uno de dichos reinos llamado Prusia, los reinos
combatientes pactaron la unificación en el segundo imperio Alemán (Pflanze, 2014). A pesar de las turbulencias políticas la
academia de Prusia y Alemania floreció durante este periodo de tiempo, entre
los años de 1860 y 1910 se desarrolló una de las subteorias más importantes
dentro de la biología, la cual refutaba las afirmaciones originales de Darwin,
pero que al mismo tiempo las reconstruyó en un cuerpo nuevo de conocimiento, a
lo cual se conoce como la segunda teoría evolutiva o también llamado
neo-Darwinismo (Kutschera & Niklas, 2004).
Las anomalías “si empleamos la terminología de Kuhn” (Kuhn, 1970)
que empezaron a descubrirse se relacionaban especialmente con la descripción de
los mecanismos de reproducción celular, es decir la mitosis y meiosis que ya
hemos estudiado. Todos los descubrimientos en esta área fueron realizados por
pruso-alemaes y un belga colado.
Figura 13‑2. Oscar Hertwig y
August Weismann.
Eduard Strasburger, Walther Flemming, Heinrich von Waldeyer
y el belga Edouard Van Beneden fundaron las bases de la citología y la
citogénesis del siglo XIX, pero paradójicamente son muy poco conocidos (Barnett & Robinow, 2002; Cherif, Roze, & Movahedzadeh, n.d.;
Cremer & Cremer, 1988; Zacharias, 2001), lo cual nos recuerda que
quienes proponen las grandes teorías son más fácilmente recordados que quienes
se encargan del trabajo “sucio” de la ciencia, recolectar los datos
individuales básicos.
Strasburger “1844-1912” uno de los más importantes
fisiólogos botánicos “estudia cómo funcionan las plantas” acuñó los términos
nucleoplasma y citoplasma para señalar a la parte al interior de las membranas
nuclear y celular respectivamente. Van Beneden “1846-1910” descubrió como los
cromosomas se combinaban durante la meiosis, durante la producción de los
gametos, también identificó y nombro la cromatina. Walther Flemming “1843-1905”
fundó los estudios en citogenética y acuñó el término mitosis (Barnett & Robinow, 2002;
Cherif et al., n.d.; Cremer & Cremer, 1988; Zacharias, 2001). Los descubrimientos de la mitosis y la
meiosis se cuentan entre los 100 descubrimientos científicos más importantes de
todos los tiempos, y es uno de los 10 más importantes de la biología celular.
La meiosis fue descubierta y descrita por primera vez por
otro biólogo pruso-alemán llamado Oscar Hertwig “1849-1922” en 1876 y
confirmada posteriormente en 1883 al nivel de los cromosomas por Van Beneden en
huevos de áscaris “un gusano parasítico” (Churchill, 1970; Hamoir, 2003). Pero estos descubrimientos
solo son procesos relativamente mecánicos, si no se los hila en una teoría que
genere consecuencias lógicas y explique fenómenos más allá. El proceso de
convertir a la mitosis y la meiosis en las armas para destruir a la primer
teoría de la evolución y recrearla de una forma nueva fueron hechas por el
biólogo francfortés-alemán August Weismann (Churchill, 1970; Winther, 2001)
La
hipótesis de Weissman
La hipótesis de los caracteres adquiridos avanzó desde
Jean-Baptiste de Lamarck (1744–1829) y fue aceptada por Darwin (1859, 1872) fue
vigorosamente refutada por August Weismann (1834–1914). Durante la época en que Weismann y otros
realizaron los experimentos que desacreditaron la noción de herencia blanda,
los genetistas mendelianos habían desarrollado una base firme para explicar la
variación entre los individuos en una población tal y como lo requería la
teoría de Darwin (Johnston, 1995; Mayr, 1985; Winther, 2001). Desde 1960 los genetistas moleculares
demostraron que los cambios en la composición de pares de bases en el ADN se
traducían en cambios en la estructura de las proteínas. Lo anterior demostró que la noción de
Weismann de herencia dura era un hecho irrefutable. El término “Hipótesis de
Weismann” ahora se concentra en la proposición explicita de que la reproducción
sexual funciona como un proveedor de variación para la selección natural (Kutschera & Niklas, 2004)
A pesar de la importancia adaptativa del sexo (y el cómo el
sexo evolucionó) ha permanecido como un área de considerable debate debido al
costo del 50% en la aptitud, lo que en teoría debería favorecer a la
reproducción asexual (Kutschera & Niklas, 2004). Nótese que, durante la reproducción sexual,
cada progenitor solo le hereda el 50% de su genoma a su descendencia. El
resultado de la vacación genómica introducido de esta forma puede conllevar a
la aparición de individuos mal adaptados.
En contraste, la reproducción asexual, asegura que los nuevos individuos
están adaptados como sus padres al ambiente, lo que conllevaría a que cada
miembro de la población generase clones de sí mismo. Por lo cual la pregunta del millón es ¿Por
qué es tan común entre los eucariontes, la reproducción sexual? De acuerdo con
Mayr el dilema de la perdida de la aptitud en un 50% debido a la reproducción
sexual se puede resolver si consideramos el hecho de que el ambiente al que
estaban adaptados los padres cambia a través del tiempo y puede que no sea el
mismo que enfrentara la descendencia (Mayr, 1982).
Niklas señaló que la reproducción sexual y asexual no son
mutuamente excluyentes, una combinación de ambas se puede observar en plantas,
hongos y un sin fin de organismos eucariontes microscópicos (Niklas, 1997). La descendencia variable producida por la
reproducción sexual puede contener (y debido al número, contiene) algunos
individuos mejor adaptados a nuevos ambientes, mientras que la reproducción
asexual produce organismos que retienen los caracteres adaptativos para un
ambiente estable
De hecho, muchos hongos poseen ambos tipos de reproducción,
cuando llegan a un ambiente rico en recursos ellos empiezan a generar una
población clonal generada por reproducción asexual, cuando las condiciones del
ambiente se hacen menos favorables, los hongos entran en un estado que induce
la generación de gametos y estructuras secundarias que sirven para dispersar a
largas distancias los cigotos producidos por la reproducción sexual. Esta
estrategia no es única de los hongos, y la reproducción sexual siempre emerge
como un fenómeno de emergencia, cuando las condiciones del ambiente se ponen
poco favorables (Carlile, Watkinson, & Gooday, 2001).
Hamilton, Axelrod, y Tanese (1990) propusieron que la
variabilidad genética que la reproducción sexual provee ayuda a las plantas,
animales, hongos entre otros a lidiar contra parásitos y enfermedades. En la carrera armamentista evolutiva, los
organismos patogénicos pueden crecer y adaptarse rápidamente debido a su gran
número y corto ciclo de vida, lo que les permite evadir las defensas del
organismo huésped. Rice y Chippindale (2001) han mostrado evidencia de que la
reproducción sexual es ventajosa debido a que acelera la evolución genotípica
sin el riesgo de la mutación aleatoria que puede generar tanto alelos
ventajosos como perjudiciales (Chippindale & Rice, 2001;
W R Rice & Chippindale, 2001; William R Rice & Chippindale, 2001). Todas estas ideas y experimentos
soportan el concepto original de Weismann de que la reproducción sexual produce
una progenie variable lo que promueve la evolución adaptativa. El problema
seguía siendo encontrar la naturaleza básica de la herencia, sin embargo, su
asociación directa a los cromosomas solo se hizo patente hasta que el
mendelismo de popularizó.
El
descubrimiento de los cromosomas
Todo estudio sobre la reproducción celular hace referencia de manera inevitable a los cromosomas, sin embargo, resulta un poco extraño realizar tantas referencias a ellos sin indagar sobre la historia de su descubrimiento, o de manera más específica, que ocurre con su contenido genético durante la primera etapa de la meiosis. Nuestra introducción a este problema inicia a mediados del siglo XIX cuando C Correns y otros construyeron el mendelismo cerca de la existencia de factores discretos que determinan la morfología de los seres vivos. Basados en lo anterior debemos recordar dos cosas:
👉 a nadie le interesó su
trabajo por casi 34 años
👉 la propuesta de
Mendeliana era completamente teórica.
El modelo Mendeliano permitía explicar fenómenos, pero no
proveía evidencia experimental de la ubicación física de estos factores
hereditarios. En otras palabras, los trabajos de los Mendelianos están desligados
de manera absoluta a la naturaleza física de los genes. Entre los años entre la
propuesta de Mendel y su redescubrimiento, un periodo de tiempo aproximado de
50 años varios biólogos especialmente pruso-alemanes se involucraron en la
indagación de la naturaleza física del material hereditario.
Durante la década de 1880 varios biólogos europeos estaban
siguiendo las actividades del desarrollo experimental, especialmente en lo
concerniente al desarrollo de nuevos instrumentos. Esta tendencia fue desarrollada
de manera más marcada en el continente, especialmente en Francia y el recién
formado estado alemán. En lo que concierne a la biología el desarrollo de
instrumentos se centró en los microscopios ópticos, que fueran capaces de
obtener mayor resolución reduciendo el número de artefactos “machas debidas a
imperfecciones del manejo de la luz y las lentes”. Estos nuevos instrumentos
permitieron discernir nuevas estructuras celulares, así se pudieron distinguir
eventos al interior de las células, en otras palabras, las primeras evidencias
del ciclo celular. No es que los trabajos de Mendel fueran despreciados por
todo el mundo, tal vez fuera el hecho de que no tuvieron el impacto necesario.
En cuanto a impacto nos referimos a la cantidad de veces que el trabajo de un
autor es citado por otros.
Figura 13‑3. Los dibujos de W.
Flemming con respecto a la mitosis muestran el grado de perfeccionamiento de
los microscopios del siglo XIX y el nivel exquisito de detalles en las
observaciones realizadas en esta época.
Ninguno de los biólogos que trabajaban en microscopia tuvo
acceso a los trabajos de Mendel, pero aun así entendía que cualquier cosa que
gobernara las características hereditarias debía pasarse de una célula a otra
de generación en generación. Esta conclusión por sí misma es una idea crucial:
toda la información genética necesaria para construir y mantener una planta o
animal complejos tienen que caber en el interior de las fronteras de una sola
célula. Aquí ingresa Walter
Flemming uno de los más grandes biólogos celulares, fue quien
acuñó la palabra cromatina y mitosis. Al igual que otros biólogos que
estudiaron la citología Flemming era
prusiano “sirvió como médico en la guerra franco-prusiana”.
El hecho de que todos estos citólogos sean pruso-alemanes no
es coincidencia debido a que la ciencia continental tuvo un enfoque
empirista-instrumentalista más marcado que el de Inglaterra durante la misma
época, y la citología es algo que solo puede investigarse con instrumentos. En
los primeros años de la década de 1880 Walter
Flemming revelaron que los contenidos citoplasmáticos eran
repartidos de una célula a otra al azar dependiendo del plano de división de la
célula. En
contraste las células parecían embarcarse en muchos problemas para dividir sus
contenidos nucleares de manera altamente organizada. Durante las divisiones
celulares el material que se condesaba al interior del núcleo se hacía
altamente organizado en fibras visibles, las cuales fueron denominadas
cromosomas, que significa cuerpos color.
Primeras
observaciones de la fertilización manipulada
Durante el periodo de
tiempo de las investigaciones celulares “segunda mitad del siglo XIX” el
proceso de fertilización fue observado y descrito por dos biólogos llamados T.
Boveri y J. Zeit en 1888. A pesar de que la célula espermática es
particularmente pequeña rápidamente se descubrió que era igual de importante en
términos genéticos al mucho más grande óvulo. ¿Qué es lo que estas dos células
tienen en común?, la característica más evidente es la del núcleo y los
cromosomas.
Figura 13‑4. Theorore Boveri,
embriólogo alemán. Junto con Wilhelm Roux y Hans Driesch es considerado uno de
los grandes fundadores de la embriología experimental.
La importancia de los cromosomas que son aportados por el
gameto masculino se hizo evidente por estudios posteriores realizados
nuevamente por Theorore Boveri en huevos de erizo de mar. Estos estudios
también involucran unos de los primeros procedimientos de fertilización
artificial. La manipulación en este caso involucró la fertilización de un solo
óvulo por dos espermatozoides en lugar de solo uno como sería normalmente el
caso.
Esta condición denominada poliespermia se caracteriza por
divisiones celulares abortivas que condicen a la muerte temprana del embrión en
formación. La pregunta en su contexto fue ¿Por qué la presencia de una célula
tan pequeña en comparación con un óvulo mucho más grande tiene consecuencias
tan drásticas? El Segundo espermatozoide dona un juego extra de cromosomas en
estado haploide, generando una célula en estado (3n) junto con un centriolo
extra. Estos componentes adicionales conllevan a divisiones celulares anormales
en el embrión durante la división celular. Lo anterior conlleva a que las
células hijas reciban cantidades variables de cromosomas, lo cual conlleva a su
muerte por falta o exceso de ciertos componentes celulares producidos de manera
anormal.
Boveri y su grupo de investigación concluyeron que el
proceso de desarrollo normal era dependiente de una combinación particular de
cromosomas; y esto solo puede significar que los cromosomas individuales debían
poseer cualidades hereditarias que alteran la función celular. Esta fue la
primera evidencia de una diferencia cualitativa entre los cromosomas y otros
componentes celulares.
Primeros
modelos biológicos en la biología celular
A parte del erizo de mar, otro organismo modelo que fue
ampliamente empleado por los microscopios disponibles en el siglo XIX fue el de
los gusanos parasíticos nematodos del género Ascaris. Los gametos de
áscaris se caracterizan por tener pocos cromosomas (n=2; 2n=4) que son grandes
y fáciles de observar. Estas características son ideales para microscopios con
baja resolución como los disponibles en el siglo XIX o en los cursos de
introducción a la biología en muchas universidades modernas. En 1883 el biólogo
belga Edouard van Beneden se dio cuenta de que las células de estos gusanos
poseen cuatro cromosomas, pero que en los gametos masculino y femenino solo se
detectaba la presencia de dos cromosomas justo antes de la fertilización.
Pocos años después el proceso de la meiosis fue descrito y
finalmente el 1887 el biólogo pruso-alemán August Weismann concluyó que durante
la meiosis existía un evento que reducía a la mitad la cantidad de cromosomas
presentes en los gametos en formación. Si la fase de reducción no ocurriera,
con cada generación la cantidad de cromosomas de la especie se duplicaría,
evento que no ocurre “al menos no con frecuencia”.
Todos
pasan por alto a Mendel en el siglo XIX
El hecho de que su trabajo fuera incinerado por el sucesor
en la abadía nos da ya una idea de lo que le sucedió a Mendel. El impacto de
una genética reduccionista e internalista no se dio por casi 34 años en los
que, si bien su trabajo estuvo al acceso de las comunidades científicas, este
fue ignorado. Posiblemente la genética reduccionista no podía explicar muchos
otros casos de variabilidad en otras especies de plantas, animales y en el
hombre; las cuales mostraban claros patrones de herencia continua, para los
cuales la herencia mendeliana es inútil. Es por esto que el trabajo de Mendel
publicado en 1866 en un libro llamado “Experimentos en hibridación de plantas: Versuche
über Pflanzen-Hybriden” escrito en alemán (Mendel, 1866, 1996); no fue tenido en cuenta para los programas de
investigación en genética más holista que buscaba encontrar explicaciones para
la herencia continua.
El trabajo de Mendel solo comenzó a tomarse en serio 34 años
después por sus tres redescubridores más notables: Carl Correns, Hugo de Vries
y Eric von Tschermak. Este redescubrimiento coindice con el cambio de siglo y
una nueva actitud hacia la biología mucho más enfocada hacia las matemáticas
duras. Una vez redescubierto Mendel, la genética postmendeliana dio inicio con
varios objetivos en mente (Harwood, 2000; Moore, 2001; Stubbe, 1972).
👉 Expandir las leyes
reduccionistas de la genética clásica para explicar otros patrones de herencia;
especialmente la herencia continua.
👉 Encontrar la naturaleza
física de los factores mendelianos, hasta entonces meros artefactos de la
imaginación matemática para explicar fenotipos.
👉 Crear un nuevo
vocabulario para distinguir los fenómenos genéticos y su base celular.
La
búsqueda de la naturaleza física de los factores mendelianos
El redescubrimiento de las leyes de la genética clásica y su
confirmación triple influyó notablemente en la investigación sobre la biología
celular a partir de la primera década del siglo XX. Este aspecto de la historia
es muy importante ya que iría en contra de la concepción de ciencia
popularizada por el circulo de Viena cerca del mismo periodo de tiempo, donde
se proponía que la ciencia procedía de forma acumulativa e inductiva, de los
datos a la teoría. Para el caso de Mendel, las observaciones que el realizó
conllevaron a una construcción teórica que presuponía de estructuras al
interior de los seres vivos que no podían ser observadas de manera directa, es
decir la ubicación física y química de sus factores hereditarios, es decir los
genes. En la primera década, del silo XX las leyes mendelianas se convirtieron
en la guía teórica a la cual debía atenerse la investigación sobre la
naturaleza física de los genes, es decir cualquiera que fuera la unidad
hereditaria estas deberían comportarse físicamente en base a las leyes
mendelianas.
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