miércoles, 8 de septiembre de 2021

Los nombres de las especies

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  Una vez aclaradas las complejidades del concepto de especie, es hora de trabajar con los nombres. Los nombres de las especies son etiquetas que le colocamos a un individuo o grupo de individuos que se emplean para definir las características de la especie. Evidentemente al ser etiquetas, estas funcionan nomológica y topológicamente aun cuando intentan describir entidades poblacionales que no pueden ser encerradas en su totalidad. De allí que tenemos una especie real que representa idealmente toda la campana de Gauss de la población y una especie teórica encerrada dentro de la definición científica que se etiqueta con un nombre científico.

Es posible que el nombre de una especie no agrupe a todos los miembros que pueden reproducirse en la población, debido a la existencia de individuos atípicos que parecen pertenecer a una especie diferente.

Figura 46.  Es posible que el nombre de una especie no agrupe a todos los miembros que pueden reproducirse en la población, debido a la existencia de individuos atípicos que parecen pertenecer a una especie diferente.

Evidentemente el ideal del taxónomo a medida que realiza sus investigaciones es lograr que la etiqueta de la especie A posea un morfoespacio reconocido para el conjunto de individuos que cumplen la definición biológica lo más parecido al morfoespacio real de la especie, aunque como hemos visto, tal esfuerzo es complejo con los anillos de especies-especiación-hibridación, pero asumamos que el morfoespacio reconocido es una buena aproximación al morfoespacio real, ahora viene la pregunta, ¿cómo construimos la etiqueta de la especie A? La respuesta a esa pregunta ya la discutimos en la sección sobre la edad de la exploración, y la respuesta sigue siendo la misma, el sistema binomial, pero ahora examinaremos con mayor profundidad las reglas de escritura de dicho sistema.

El sistema binomial traduce a un sistema de dos nombres, o dicho de mejor forma, el nombre formal y único de una especie estará compuesto por dos epítetos o descriptores. El primer epíteto descriptor recibe el nombre de Género y representa idealmente el conglomerado de especies a los cuales la especie que estamos nombrando pertenece, y el segundo epíteto corresponde a un nombre específico que distingue nuestra especie problema de las demás especies del género.  Un nombre binomial completo siempre se trata gramaticalmente como si fuera una frase en el idioma latin (de ahí el uso común del término "nombre latino" para un nombre binomial).

Las dos partes de un nombre binomial pueden derivarse cada una de varias fuentes lingüísticas, de las cuales el latín es sólo una:

(1) Latín, clásico o medieval, por ejemplo ambas partes del nombre binomial Homo sapiens son palabras latinas, que significa "sabio" (sapiens) "hombre / humano" homo).

(2) Griego clásico, como en el género Rhododendron, las palabras griegas se convierten a menudo en una forma latinizada, así la coca (la planta de la que se obtiene la cocaína) tiene el nombre Erythroxylum coca. Erythroxylum se deriva de las palabras griegas erythros, rojo, y xylon, madera, El termino neutro griego -o (-on) se convierte a menudo en el latino final neutro -um.

Las lenguas clásicas fueron empleadas por mucho tiempo como los principales medios lingüísticos para la creación de los nombres científicos de las especies, pero llegó el momento en que se acabaron las combinaciones o que empezó a hacerse más patente un movimiento por integrar el conocimiento tradicional a la labor taxonómica, después de todo la taxonomía binomial fue creada como instrumento de control imperial, imagen con la que muchos científicos desean desligarse, aun cuando proceden de potencias económicas internacionales.

De lo anterior se desprende que se ha popularizado el uso de lenguas indígenas de uso poco común, las cuales en términos prácticos se asemejan a las lenguas muertas en el hecho de que cambian poco una vez que han sido registradas por los lingüistas, aunque dada la tradición, algunos de estos nombres indígenas se latinizan. La segunda parte del nombre Erythroxylum coca se deriva de kuka, el nombre de la planta en aymara y quechua. Dado que muchos fósiles de dinosaurios se encontraron en Mongolia, sus nombres a menudo utilizan palabras de Mongolia, p. Tarchia de tarkhi, que significa "cerebro", o Saichania que significa "hermoso".

Otras fuentes lingüísticas pueden provenir del gusto del que lo descubre, después de todo “el que lo descubre le pone nombre”, esa es una prerrogativa de prioridades científicas que se ha mantenido desde hace muchos años, por lo que pueden emplearse apellidos, lugares e incluso conceptos abstractos literarios, pero nuevamente latinizados. El nombre Magnolia campbellii conmemora a dos personas: Pierre Magnol, un botánico francés, y Archibald Campbell, un médico en la India británica.

La primera parte del nombre, que identifica el género, debe ser una palabra que puede ser tratada como un sustantivo singular latino en el caso nominativo. Debe ser único dentro de cada reino, pero puede repetirse entre reinos diferentes. Así, Huia recurvata es una especie extinta de planta, encontrada como fósiles en Yunnan, China, mientras que Huia masonii es una especie de rana encontrada en Java, Indonesia. Ahora bien, el punto real es que el conjunto o binomio “no se repita nunca”. En algunas fuentes el descriptor de género recibe el título de nombre genérico.

Hay que distinguir entre descriptor especifico, que sería la segunda palabra necesaria para construir el nombre binomial; del nombre especifico que sería el binomio empleado para describir una especie concreta. El descriptor especifico identifica la especie dentro del género, también se trata gramaticalmente como una palabra latina. Puede tener una de varias formas.

Adjetivo

El adjetivo debe estar de acuerdo con el nombre del género en el género. El latín tiene tres géneros, masculino, femenino y neutro, que se muestra por diferentes terminaciones de sustantivos y adjetivos. El gorrión de casa tiene el nombre binomial de Passer domesticus. Aquí domesticus ("doméstico") significa simplemente "asociado con la casa". El bambú sagrado es Nandina domestica en lugar de Nandina domesticus, ya que Nandina es femenina mientras que Passer es masculino. El lansio de frutas tropicales es un producto de la planta Lansium parasiticum, ya que Lansium es neutro. Algunas terminaciones comunes para adjetivos latinos en los tres géneros (masculino, femenino, neutro) son -us, -a, -um (como en el ejemplo anterior de domesticus); -is, -is, -e (por ejemplo, tristis, que significa "triste"); Y -or, -or, -us (por ejemplo, minor, que significa "más pequeño").

Sustantivo de nombramiento

Un ejemplo es el nombre binomial del león, que es Panthera leo. Gramáticamente se dice que el sustantivo está en aposición al nombre del género y los dos sustantivos no tienen que estar de acuerdo en el género; En este caso, Panthera es femenino y leo es masculino.

Sustantivo de posesión

O sustantivo genitivo se emplea para nombres que al ser traducidos poseen la estructura Género de Fulanito. Se construye de varias maneras en latín, dependiendo de la declinación del sustantivo. Las terminaciones comunes para los sustantivos masculinos y neutros son -ii o -i en el singular y -orum en el plural, y para los sustantivos femeninos -ae en el singular y -arum en el plural. El sustantivo puede ser parte del nombre de una persona, a menudo el apellido, como en el antílope tibetano Pantholops hodgsonii, el arbusto Magnolia hodgsonii, o la bisbita de Hodgson Anthus hodgsoni. El significado es "de la persona nombrada", de modo que Magnolia hodgsonii significa "la magnolia de Hodgson". Las terminaciones -ii o -i muestran que en cada caso Hodgson era un hombre; Si Hodgson hubiera sido una mujer, habrían usado hodgsonae. La persona conmemorada en el nombre binomial no suele ser la persona que creó el nombre; Por ejemplo, Anthus hodgsoni fue nombrado por Charles Wallace Richmond, en honor de Hodgson. Más que una persona, el sustantivo puede estar relacionado con un lugar, como con Latimeria chalumnae, que significa "del río Chalumna" tratado como sustantivo femenino. Otro uso de sustantivos genitivos es, por ejemplo, el nombre de la bacteria Escherichia coli, donde coli significa "del colon". Esta formación es común en parásitos, como en Xenos vesparum, donde vesparum significa "de las avispas", ya que Xenos vesparum es un parásito de avispas.

Cualquier pendejo puede intentar proponer un nombre binomial, por ejemplo, Archaeoraptor sp., “nota sp significa especie indeterminada”, sin embargo, para que el nombre sea reconocido por la comunidad científica, debe quedar inscrito en alguno de los códices de las ramas principales de la taxonomía. Desde principios del siglo XIX en adelante se hizo cada vez más evidente que un cuerpo de reglas era necesario para gobernar nombres científicos. Con el paso del tiempo se convirtieron en códigos de nomenclatura. El Código Internacional de Nomenclatura Zoológica “ICZN por sus siglas en inglés” rige la designación de los animales, el Código Internacional de Nomenclatura para las algas, hongos y plantas “ICN”, el de las plantas (incluidas las cianobacterias) y el Código Internacional de Nomenclatura de las Bacterias “ICNB” para bacterias (incluyendo arcaicas).

Los nombres de los virus están regidos por el Comité Internacional de Taxonomía de los Virus “ICTV”, un código taxonómico que determina los taxones y los nombres. Estos códigos difieren de ciertas maneras menores con respecto a la nomenclatura que se usa para describir a la nomenclatura, lo cual puede parecer estúpido en el hecho de que igual producen nombres binomiales que pueden ser interpretados por cualquier biólogo, pero que revelan un pasado evolutivo independiente de las diferentes ramas de la historia natural y de la biología. En resumen, si el nombre no está reconocido en uno de los códices vigilados por la comunidad científica, dicho nombre no existe, aun cuando sea empleado en revistas de divulgación como National Geographic, de allí lo importante de reconocer una fuente secundaria como la de su presente texto, de una fuente primaria.

Los nombres científicos o binomiales poseen unas reglas para ser escritos, incluso el modo en que se representan sus símbolos en un texto posee una razón de ser y un modo de presentación determinados.

Un nombre científico generalmente se emplea como un sustantivo propio para identificar una serie de características o una historia natural, sin embargo, por tradición este sustantivo propio se define como perteneciente a su propio idioma, el idioma científico biológico, por lo cual debe estar escrito en letra itálica, de no tener esa fuente se emplea cursiva, subrayado o alguna otra fuente que permita expresar la idea. Si mi fuente en “Cambria” normal escribir Homo sapiens para describir al ser humano moderno, es inadecuado, ya que no lo estoy resaltando de ninguna forma, lo mejor es emplear el botón de cursiva para escribir Homo sapiens, o subrayados.

La primera parte del binomio, el nombre del género, se escribe siempre con una letra mayúscula inicial. En el uso actual, la segunda parte o descriptor específico nunca se escribe con una mayúscula inicial. Las fuentes más antiguas, particularmente los trabajos botánicos publicados antes de los años 50, utilizaban una convención diferente. Si la segunda parte del nombre se deriva de un nombre propio, se utilizaba una letra mayúscula. Así, la forma moderna Berberis darwinii fue escrita como Berberis Darwinii. También se utilizó mayúscula cuando el nombre estaba formado por dos sustantivos en aposición, Panthera Leo o Centaurea Cyanus, sin embargo, en la actualidad solo el género se escribe en mayúsculas.

Cuando se utiliza con un nombre común, el nombre científico a menudo sigue entre paréntesis, aunque esto varía con la publicación. Por ejemplo, "El gorrión doméstico (Passer domesticus) está disminuyendo en Europa".

El nombre binomial debe ser generalmente escrito en su totalidad. La excepción a esto es cuando varias especies del mismo género están siendo enumeradas o discutidas en el mismo artículo o informe, o la misma especie se menciona repetidamente; En cuyo caso el género se escribe en su totalidad cuando se utiliza por primera vez, pero puede ser abreviado a una inicial (y punto final). Por ejemplo, una lista de miembros del género Canis podría ser escrita como "Canis lupus, C. aureus, C. simensis". En raros casos, esta forma abreviada se ha extendido a un uso más general; Por ejemplo, la bacteria Escherichia coli a menudo se conoce como E. coli, y Tyrannosaurus rex es tal vez incluso mejor conocido simplemente como T. rex, estos dos a menudo aparecen en esta forma en la escritura popular, incluso cuando el nombre del género completo no halla se ha dado, estos dos ejemplos son notables en el sentido de ser nombres científicos que han transcendido casi para convertirse en nombres comunes. Por otro lado, el nombre específico nunca se abrevia.

La abreviatura "sp.," se utiliza cuando el nombre específico real no puede o no necesita ser especificado. La abreviatura "spp.," (Plural) indica "varias especies". Estas abreviaturas no están en cursiva (o subrayadas).  Por ejemplo: "Canis sp.," significa "una especie no especificada del género Canis", mientras que "Canis spp.," Significa "dos o más especies del género Canis" que aún no han sido determinadas.

Las abreviaturas sp., y spp., se pueden confundir fácilmente con las abreviaturas "ssp.," (Zoología) o "subsp.," (Botánica), plurales "sspp. O "subsp.," refiriéndose a una o más subespecies. La abreviatura "cf.," (conferir en latín) se utiliza para comparar individuos / taxones con especies conocidas / descritas, en otras palabras, traduce como –similar a-. En paleontología, suele utilizarse cuando no se confirma la identificación. Por ejemplo, "Corvus cf. nasicus" se utilizó para indicar "un pájaro fósil similar al cuervo cubano, pero no identificado como esta especie". En los trabajos de sistemática molecular, "cf.," puede usarse para indicar una o más especies no descritas asumidas relacionadas con una especie descrita. Otra abreviatura común es la cruz “†” que indica especie extinta.

El que lo encuentra le pone nombre, y algunos científicos han descrito tantas especies que son referidos como autoridades taxonómicas, por lo que algunas veces los nombres de sus especies son seguidos por indicadores de su prestigio. Por ejemplo, para plantas descritas y nombradas por Linnaneus se emplea la L, sin embargo, si se está empleando un sistema de bibliografía APA el uso de este tipo de abreviaturas puede ser redundante.

Trinomen para razas

En la nomenclatura zoológica, un trinomen (plural: trinomina), nombre trinominal o nombre ternario, se refiere al nombre de una subespecie. Por ejemplo: "Homo sapiens sapiens". Un trinomen es un nombre con tres partes: nombre genérico, nombre específico y nombre subspecifico. Las dos primeras partes forman el binomen o nombre de la especie. Los tres nombres están escritos en cursiva y sólo la primera letra del nombre genérico está en mayúscula. No se incluye ningún indicador de rango: en la zoología, la subespecie es el único rango inferior al de las especies. Por ejemplo: "Buteo jamaicensis borealis es una de las subespecies del halcón de cola roja (Buteo jamaicensis)". Si el nombre genérico y específico ya se han mencionado en el mismo párrafo, a menudo se abrevian a letras iniciales. Por ejemplo, uno podría escribir: "El gran cormorán Phalacrocorax carbo tiene una subespecie distinta en Australasia, el pelaje negro P. c. novaehollandiae".  Mientras que la nomenclatura binomial entró en el ser y ganó inmediatamente la aceptación extensa en el mediados del siglo XVIII, no sería hasta el siglo de principios de siglo 20 que el estándar unificado actual de la nomenclatura trinominal fue acordado.

 

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